El sector vitivinícola afronta el futuro con ilusión

1

Esta maldita pandemia del coronavirus Covid-19 nos ha afectado a todos, como individuos y como sociedad. Lo que, sin duda, acabará provocando cambios en nuestros hábitos de consumo y comportamiento social. Cuáles serán esas costumbres que se vean afectadas y hasta dónde los cambios que se generen es una incógnita que deberemos ir descubriendo poco a poco. Aunque para algunos de estos cambios ya tengamos suficiente información como para saber por dónde pueden ir.
Sabemos que la economía mundial va a entrar en recesión y que eso supone la pérdida de poder adquisitivo de todos sus ciudadanos y, consecuentemente, sus hábitos de consumo se modificarán y las proporciones de su renta destinadas a los diferentes productos se verán afectadas.
También, que el vino es uno de los bienes más sensibles a estos cambios. Posiblemente, por la pérdida de su condición de alimento cotidiano ya que, si bien sigue siendo considerado un alimento, su consumo comparte hoy en día muchos más códigos de compra de bienes de lujo que de un bien cotidiano y necesario.
Este cambio de bando del consumo de vino, que se da en todos los países, hace que aspectos que van mucho más allá de su estricto contenido líquido adquieran una notable importancia. Presentaciones, disposición, campañas de publicidad o pertenencia a determinada denominación de origen hacen posible que precio y valor no siempre vayan de la mano. Generando cierta confusión entre los consumidores que llegan a sentirse sobrepasados por el inabarcable abanico que supone la oferta puesta a su disposición y los conocimientos que les son “exigidos” por algunos cuya profesionalidad deja mucho que desear.
El paso de la calidad como elemento diferenciador a requisito, junto con una oferta prácticamente inabarcable, hacen que la elección de un vino se complique sobremanera y exija del sector un gran esfuerzo por simplificar el mensaje dirigido al consumidor.
Una de las cosas buenas que este confinamiento de la población ha tenido ha sido que barreras culturales que impedían el desarrollo de la venta online de los vinos se hayan visto definitivamente derribadas.
Abriéndonos las posibilidades de llegar a vinos, variedades, denominaciones de origen, bodegas y países que hasta ahora estaban fuera de nuestro alcance.
La idea generalizada de ser los vinos del mundo que gozan de la mejor relación calidad/precio, la accesibilidad que ofrece la venta a través de internet y la necesidad de nuestras bodegas de desarrollar sus portales y acuerdos con las grandes plataformas digital de distribución, pueden ser una gran oportunidad para nuestras bodegas para mejorar el valor de sus ventas, acercando su precio a su nivel calidad.

Salvador Manjón, director de la Semana Vitivinícola

Deja una respuesta

Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial